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Bella

Pareciera que la belleza es solamente algo superficial y que no te hará nunca llegar a nada, lo único que vale es la inteligencia, pero ¿qué tal una mezcla de las dos?. Superaría cualquier expectativa y caminaría por encima de las suposiciones, taparía bocas a montones y saciaría la sed.

Bella nació hace varios años en una pequeña ciudad perdida por el mundo, era la niña más hermosa y la elegida por todos. Tan pura e inocente, tan radiante y sorprendente, la gente quedaba fascinada ante su belleza. Ella sabía bien como esconder las cicatrices en su piel y el dolor en su alma, mantenía siempre la calma y compartía su sonrisa con todos. La gente pensaba que era perfecta, nadie conocía aún un defecto en ella. Con su pelo siempre radiante, que caía en una larga e inmensa cabellera negra y sus ojos color marrón, pero tan particulares, eran tan hermosos sus ojos, era tan hermosa su mirada, era como caer en un pozo de luces del cual nadie podía escapar. Sus largas pestañas te entrelazaban y no te soltaban y su figura esbelta creada con curvas perfectas, no había nadie igual.

Bella sufría por dentro, era un poco depresiva y reservada, pero nadie, nadie lo notaba. Con el paso del tiempo ella sorprendió a aún más gente, cuando su inteligencia se hizo presente y comenzó a sobresalir más. Ya no era solamente hermosa, ahora era inteligente y además bailaba muy bien.

Junto con los halagos, se sumaron críticas y muy fuertes, chicas envidiosas, chicas malas, gente que comentaba y la hacían sentir mal. Poco a poco la gente comenzó a abusar de su inocencia, subestimaban su presencia y la comenzaron a maltratar. La gente es mala y comenta, prejuzgan y avientan toda belleza e inteligencia a un pozo de discriminación insolente, demente.

Bella comprendió que por más que existe gente mala existe gente buena y entregó su corazón sin desconfiar, se lo han devuelto y está roto, se lo rompieron en pedazos y cambiaron la mirada dulce y tierna por una un poco más pintoresca que hacía que la gente se confundiese. Abusaron de su confianza, de su inocencia, sobrepasaron los límites, la subestimaron. Bella odiaba que la subestimaran, era lo que más odiaba.

La vida la había formado fuerte, a pesar de sus caídas aprendió a levantarse siempre, a sostenerse de lo que fuese, a intentar siempre ir por más. La ambición era lo que la encaminaba, la inteligencia lo que la comandaba y la belleza la dejaba triunfar. En ámbitos laborales tuvo mucha suerte, en materia de amor no fue su fuerte, pero siempre esa niña inocente vivió dentro de ella, siempre bella, siempre dispuesta a entregarse y dar todo por amor, ella creía en el amor, el amor por siempre.

En su familia no era el centro de atención y si lo era perdía el control, muchas cosas afectan cuando sos jóven y estás cerca, a veces hay que tomar distancia, pero a veces, cuesta.

Bella estudió toda su vida y en medio de su carrera conoció al amor de su vida, al principio con miedo, luego con entrega y trabajo, ambos formaron un lazo increíble. Poco a poco fueron aceptados, aunque la sociedad critica, siempre gana el poder, la inteligencia y el bien. ¿Siempre gana el bien?.

Bella iba a ser la mejor médico forense en su pequeño país, contaba con todo lo necesario, pero nadie lo creía posible, "Es muy inocente", "Es muy pequeña", "¿Lo logrará?", "De seguro que no lo logra", "¡Es un trabajo espantoso!", "Es muy pequeña e inocente, de seguro no lo logra, es un trabajo para gente más fuerte, ¡Horrible!", se escuchaba por ahí, pero ella no daba importancia, si ella no se conocía, entonces ¿quién lo haría?. si ella no tenía fé en sí mismo, entonces ¿quién lo haría?. Con tan sólo su pareja de su lado Bella logra lo acordado y comienza a ejercer. El trabajo era su fuerte, amaba estar entre los cadáveres, el olor imprudente, la incógnita que hacía que su sistema nervioso hiciera sinapsis todo el día y noche, ella enloqueció de euforia y regocijo, finalmente mantenía su mente centrada y su cuerpo lejos de las críticas de envidiosas, de gente mala, gente odiosa.

El amor de su vida pensó que quizás ella había perdido su amor, sospechó de un amante, sospechó de ella, de su carrera, de su inocencia y perdió el control.
A su vez, el jefe de Bella perdió la cabeza por la belleza e inocencia, mezclada con morbo y atrocidad que solo en Bella había visto jamás. Era una perfección para él, era una erupción de amor y desprecio, de intolerancia y aprecio, de autodestrucción. Él solía observarla abrir cadáveres, meter sus pequeñas manos en la caja torácica de los muertos, sacar sus órganos tan aficionadamente, examinarlos y devolverlos. Clavar las agujas con hilo para sellar la abertura de la autopsia y gozaba en el dolor.

Bella cambiaba su mirada cada vez que algo de esto pasaba, disfrutaba del morbo, de la sensación de paz que en su sala había, de ser de entre los muertos la única viva, pero ella no sabía que su jefe observándola estaba.

Mientras el amor de su vida perdía la cabeza por amor, sospecha de su jefe y le invade el temor, y le invade el dolor, descubre una foto de Bella en la oficina del jefe y pierde el control.
El jefe de Bella, aprovecha los problemas de pareja a causa de celos y la invita a una salida, a lo que ella se niega, y él desenfrenadamente comienza una serie de hechos horripilantes, de manipulación, lavado de cerebro y destrucción sobre Bella, que hace que esta se invada y se pierda en una gama de colores infinitos, alucinógenos y recuerdos, dónde se ve en toda su vida, siendo maltratada, criticada, ofendida, rechazada, subestimada, envidiada, donde recuerda los reclamos, las malas ondas, y de repente..

Se hizo la mañana del 20, en la cama Bella y su amado, abrazados, inocentes, tiernos, conmovedores, los brazos de él, sostienen la hermosa cintura de ella, la amarran fuerte, con miedo de que se le escape. Cubiertos con sábanas blancas, y una luz tenue sobre él hace que se despierte. Apenas ella voltea, él nota el cambio en sus ojos, amanecieron verdes, más profundos, una mirada que lo descoloca y no comprende.
"Amor, ¿es qué te has puesto lentes?", pregunta temerosamente.. Ella finje que no entiende y se levanta para ir al baño y marchar al trabajo.
Ya sabía lo que la esperaba, ver la cara de su jefe, enojado y rechazado, imposibilitado a ser dueño de semejante belleza, de semejante perfección. Sus malos tratos encima de ella, su envidia y su furia, su furia, sin fin.

Ella era muy inteligente y reprimía muchísimas cosas en su cabeza, nunca subestimes tal belleza, quizás.. te lleves una sorpresa.

Ella calvó su bisturí en el pecho de su jefe, para que éste luego no se quejara de que lo asesinaba a sus espaldas, mientras sus ojos verdes giraban de euforia y olía la sangre fresca, que hacía tiempo que no olía. Lo desarmó en partes, comenzando por sus dedos, esos que tantas veces la habían señalado, comenzó arrancándole las uñas, una por una. Luego cortó por las falanges, los dedos y la muñeca. Continuó con la boca, esa boca que ha dicho demasiadas atrocidades, demasiadas incoherencias. Hizo dos tajos, uno de cada lado, desgarrando las mejillas, luego partió su mandíbula y la dejó abierta, ahora sí, era libre de decir lo que quiera.

Bella le arrancó la lengua y uno por uno sus dientes. Para cuando terminó, su jefe estaba muerto. Luego lo cortó por partes, y lo quemó. Esa persona, jamás, jamás existió.

Fue tanto el placer de haber hecho desaparecer una persona que la subestimó, la criticó y la insultó, para luego querer pasarle por arriba, que Bella simplemente se sentó en su sala y comenzó a fumar un cigarro, con mucha paz, sus hormonas se calmaron, la presión arterial volvió a bajar y ella se estabilizó. Sus ojos cambiaron de color, volvió a tener su color marrón y esa miradita de ángel que enamoraba a cualquier hombre.
Supongo que su jefe no tuvo la culpa de haberse enamorado de ella.

Al cabo de dos semanas, el amor de Bella fue desapareciendo, como una gran pérdida de empatía y se tornó un poco más fría, sus ojos volvieron a aclararse de a poco y todo debido a su novio. Él estaba más celoso, más molesto. Bella estaba harta de las continuas desconfianzas y ahí él preguntó, "¿dónde está tu jefe, amor?". "Él fue reportado desaparecido, que suerte, ¿no?", respondió. "Eso es extraño, ¿no te estará esperando y escaparás con él?", con una mirada fría y desafiante. Bella suspiró y se fue a la cama. Él fue a visitar su sala y encontró en el cajón de ella, un cinto de estrellas, que  bien sabía, era de su jefe.

A las 2 A.M volvió a los gritos: "Bella, ¡Me engañas!, perra, puta, rata inmunda". "¡¿Qué decís, amor?!", responde sorprendida, y vé en su mano el cinto del jefe. "Amor, déjame que te explique..", "¿Que me expliques qué?, ¿Como me cagabas con él?, ¿Que poses hacían?, ¿Eso me querés explicar, puta?". A los gritos, enojado, pero llorando. Y ella dijo "Lo maté". La cara de él fue de duda, de no compresión, de invasión.
- Lo maté, lo corté en pedacitos y lo quemé, no hay rastros de él, no hay evidencias, es un desaparecido.
- ¿Pero vos te pensás que yo soy boludo?, ¿que mierda decís, estúpida?".
- ¿Porqué te estaría mintiendo?
- Porque vos no matás ni una mosca, y porque estás inventando todo esto para no aceptar, ¡que me cagaste!
- Yo no te cagué, yo no soy infiel, soy una psicópata reprimida, un alma vacía, una persona criticada, llena de furia, siento un éxtasis cuando asesino, siento placer cuando no estoy entre los vivos.
- ¡¡¡¡Loca de mierda!!!! , siempre pensé que eras una puta, ¡¡¡puta!!!, me cagaste y te haces la psicópata, ¡¡enferma!!, ¡¡Puta!!, vos no podés matar nada.
- No me subestimes..
- ¡Já! Nada podés matar, enfermita, ¡¡cero cabeza tenés para hacer un plan de esos!!
- No me subestimes...
- ¡¡Estúpida!!, ves que no podés decir nada má-

Dicen que la personalidad psicópata, hace incapaz a uno de matar a su esposo/esposa, ser querido, amigo, etc. Pero ella es especial, ella es hermosa e inteligente, tiene una profesión y sabe no dejar evidencias, libera su ira con la gente que la subestima y como antes dije, jamás subestimes belleza e inteligencia, mucho menos a quién creas que tenga inocencia..

By Noelia Olivera.
Asesina en Serie.